Perú vive momentos de tensión tras las primeras grandes protestas ciudadanas contra el gobierno interino de José Jerí. La jornada dejó un saldo trágico de un muerto y 113 heridos, entre policías y manifestantes, mientras miles de jóvenes de la generación Z salieron a las calles para exigir medidas contra el aumento del crimen, el cierre del Congreso, la renuncia del mandatario y reformas como una asamblea constituyente.
La víctima, identificada como Eduardo Ruiz, murió por un disparo durante la manifestación frente al Congreso de Lima. La Fiscalía anunció que se realizará una investigación con pruebas audiovisuales y balísticas para esclarecer los hechos. Mientras tanto, la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (Cnddhh) señaló que Ruiz habría sido alcanzado por un disparo presuntamente realizado por un efectivo policial vestido de civil.
Los enfrentamientos comenzaron cuando los manifestantes intentaron derribar las vallas de seguridad frente al Parlamento, generando la intervención de la policía con bombas lacrimógenas. Algunos manifestantes quemaron banderas y objetos de plástico, en medio de un clima de repudio hacia una de las instituciones más desacreditadas del país.
En respuesta a la crisis de seguridad, Jerí anunció que solicitará al Congreso poderes especiales para legislar en materia de seguridad ciudadana, incluyendo medidas sobre la situación de los penales, donde según autoridades, delincuentes coordinan extorsiones a través de sus bandas.
El actual mandatario, quien asumió el poder de manera transitoria tras la destitución de Dina Boluarte el pasado 10 de octubre, enfrenta un difícil escenario de legitimidad y seguridad. Su gabinete de ministros, liderado por un exmagistrado conservador, buscará implementar cambios mientras mantiene su promesa de una “guerra contra el crimen”.
Perú, marcado por la inseguridad y la corrupción, se encuentra en una encrucijada política y social. Las próximas semanas serán clave para definir si las demandas de los jóvenes se traducen en cambios concretos o si las protestas continuarán escalando.